viernes, 25 de noviembre de 2011

El cielo cerca del polo

Aquí bajo el cielo cerca del polo la belleza cobra un nuevo sentido. La tierra se siente mas bruta y la vida del humano más insignificante. Las penas desaparecen con solo entornar la vista hacia la bóveda celeste y las preocupaciones parecen menos importantes cuando la sublimidad de tales cielos cubren todo lo mundano.

Los cielos son tan claros que su azul necesitaría de cien sinónimos pasa poderse describir, la luz es tan potente que puede absorber el tiempo con un hipnotizar similar al del fuego, y su noche es tan negra que las estrellas parecen estar años luz más cerca del suelo. Y tal vez estirando la mano puedes atrapar la estrella fugaz, y soplando puedes hacer bailar a la aurora boreal y puedes quemarte con las nubes encendidas y puedes creer que tus ojos no te engañan y enamorarte y llorar de felicidad.

Mirando al cielo cerca del polo uno es imposible no dedicarse a la contemplación de tan milagrosa hermosura e imaginar que el vacío de la inmensidad nos atrapa y por unos instantes, volar.

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